La semana que viene vuelvo a la Fuck. Para cualquier persona pseudo normal estar cuatro meses al pedo sería suficiente para descansar y seguramente terminaría metiéndose en cursos de Italiano, Origami o Muñecas Country como para no terminar matándose de tanto pensar en la vida de mierda que tienen o muriéndose del aburrimiento. A mí me parecieron cortos. Me gusta estar al pedo y tener esa sensación de que dispongo de todo el tiempo del mundo para hacer cualquier cosa, aunque siempre termino sin hacer nada.
Seguramente volverán los post facultativos. Sobre todo los desesperados en los que me odio por ser tan pajera, y en los que lloro porque me fue como el orto aunque a nadie le interese saberlo, pero es mi blog y escribo lo que quiero (?). Igual para la mierda que posteo aquí... "Use blog, haga su boludez cultural". Estoy más pesimista de lo normal, nótese!
Otro año más en la Facultad de Abogacía, Diosito querido no me vuelvas una leguleya más del montón... (mmm, cierto que me hace burlas, cagué!).
Siempre que pienso en leguleyos se me viene a la cabeza mi profesora de ética del secundario. No me acuerdo como se llamaba, pero le decíamos "La Petera". Media como mucho un metro y medio, pelos larguísimos y platinados (oxigenados), pantalones tiro bajo pero subidos hasta las axilas (no quiero ni imaginar lo que debe ser soportarlos todas las mañanas), labios muy carnosos, paletas de castor y un pico insoportable siempre dispuesto a putearte o quejarse por alguna pelotudez.
Ya sé que no te caigo del todo bien, pero como ella, Diosito, no por favor.
Prefiero limpiar baños químicos de por vida.