Una vieja se robó las flores de la plaza el día de la virgen. Arrancó el plantín y se lo llevó muy pancha.
Los vecinos de la esquina tienen puertas de vidrio. Desde afuera se ve toda la cocina, es como Gran Hermano pero pobre, bien pobre.
Madre viajo cuatro horas en el colectivo con las catas en una jaula. Ida y vuelta.
Una cata se escapó, los miraba a todos desde el Algarrobo. Hizo lo que todos en casa queremos hacer, irnos y no volver jamás.
El chancho que se creía perro no está más. Sospechamos que los vecinos lo comieron.
Madre le festejó el cumpleaños a la cata. Hubo comida, torta, globos y bolsitas.
Los chilenos del fondo tienen una camioneta destruida donde todos los días cargan el carromato de chucherías que venden. Creo que se le salen las ruedas.
Le saque una foto a la patente HOT 717.
Pretendían que pague $15 para ver a Marianela Mirra.
Los chilenos escuchan todo lo que decimos en el patio. Debe ser que escucharon que me burlé de su camioneta y se vengan obligándonos a escucharla cantar a la mina todos los días.
Un tipo pasó en un auto y le grito a mi hermana: Mamita te quiero hacer el amor.
Mi hermano se vino de viaje con $10. Le pagué la entrada al boliche porque me compró un pancho y me sentí culpable.
Por mi causa mis primitos se volvieron noctámbulos y juegan al truco.
Frente a la casa hay un trencito de la Alegría.
Madre llevo a la cata a un asado y a nosotros no.
Me quemé un hombro.
Luly conoció a su novio en el colectivo (106).
Madre me tiró las cartas y dice que voy a tener una vida sufrida pero con auto.
Vi un colectivo que decía: A quién le importa lo que yo haga? Qué mirás curioso?
Mi abuela no se acuerda el nombre de ninguno de sus nietos. Se acuerda el del perro.
Quélecho? Mayonesa y ketchup.
Bautizamos al maletín con cosméticos de Paula: Juliana Prostituta.
Soy la campeona absoluta del "Pare carrito", nadie quiere jugar conmigo.
No pude sacarle una foto al perro pila grande con cresta y cola de caballo.
Los hijos del vecino se llaman Brayan y Heidi.
Los del lado tuvieron que poner rejas porque la hija hacía pasar a los chongos de noche.
Aprendí que prendiendo un fósforo se va el olor a mierda.
Le pegué un haraganazo a un sapo (en defensa propia).
Pasé varias veces delante de los hippies y no me animé a hablarles.
Inevitablemente ya hablo como Calchaquí.
Si tomo vodka una vez más voy a entrar en la lista del Incucai para un transplante de hígado.
En la fiesta de disfraces unas se vistieron de cartoneras y cayeron con un carro lleno de porquerías.
miércoles, 4 de febrero de 2009
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